Feliz con poco

Sí, soy feliz con poco. Lo admito. Me enorgullece. Y lo disfruto.

Soy feliz agradeciendo la familia que me tocó en suerte. Soy feliz compartiendo un mate con una amiga. Soy feliz con un beso bien puesto. Soy feliz disfrutando de mi casa con mi gente. Soy feliz escuchando buena música. Soy feliz meciéndome en una hamaca paraguaya sin nada para hacer. Soy feliz cuchareando con alguien especial. Soy feliz con un café y un pucho. Soy feliz en el pasto echada al sol. Soy feliz dándole una mano a quien lo necesite. Soy feliz con una buena charla. Soy feliz con una buena risa. Soy feliz pensando la buena gente que me rodea. Soy feliz viendo en lo convertí mi lugar. Soy feliz trabajando de lo que me gusta. Soy feliz reconociendo mis logros, mis derrotas y todo lo que aprendí en el medio.

Soy feliz con poco. No necesito grandes cosas.

Saber y sentir

Estuve mucho tiempo en penumbras. Aferrada a historias, recuerdos y promesas que ya no existían. Logré ver destellos de luz, que desaparecieron tan pronto como habían aparecido. Cuestioné mi estabilidad y mi inestabilidad, que eran la misma cosa. Creí por momentos que nunca iba a ser la misma. Hasta que entendí que no soy la misma, ni lo seré. Pero que está bien que así sea.

Todas las historias nos dejan algo. Nos enseñan a amar, nos enseñan a confiar, nos enseñan a construir y también nos enseñan a perder. No somos los mismos. Sabemos que se puede perder, pero también que se puede ganar. Sabemos que tenemos la capacidad de amar, confiar y contruir. Y lo más importante, sabemos que si fuimos capaces de hacerlo una vez, somos capaces de hacerlo de nuevo. Eso estoy aprendiendo ahora. Porque aprender es saber... y sentir.

Serendipity

Hay muchas cosas que no sé. No sé calmar la ansiedad. No sé callar las voces en mi cabeza que se preguntan todo el tiempo si esto es real. No sé cómo es que esto pasó. No sé vencer los miedos. No sé si voy a saber construir. No sé ser paciente. No sé cómo decir algunas cosas.

Pero hay una cosa que sí sé. Sos mi serendipity.